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Los recuerdos se guardan en la mente pero adquieren vigencia histórica en utensilios, muestras y objetos de uso cotidiano en las épocas pasadas. La historia de la familia Delvalle, sus vivencias, su trayectoria en Panamá y en esta región coclesana está contenida, como un tributo para la posteridad, en la Casa Museo que forma parte del conjunto habitacional de los ejecutivos de la Empresa, construido en el terreno inicial comprado por Don Moisés y sus hijos Arturo y David, al llegar a El Roble.

 

Don Moisés llegó a Panamá con sus hijos, y el General Federico Barrera le vendió 35 acres que se convirtieron en la base del Ingenio.

 

Don David Delvalle, que llegó a Panamá a la edad de 17 años, fue el que más impulsó el desarrollo del Ingenio. Se destacó por su trato humano, ganándose el aprecio y la consideración de todos los trabajadores, para los que fue un guía y protector; incorporando a sus sobrinos Eric, Max y Marcel a la operación del Ingenio.

 

Marcel Penso Delvalle trabajó con gran dedicación en pro de la expansión y crecimiento del Ingenio. En 1949 fue Gerente General de Azucarera Nacional S. A., razón social que identifica al Ingenio, y en 1971 fue nombrado Presidente de la misma. Otra generación de los Delvalle, siempre vinculados a la Empresa, la han constituído Eric Arturo (Q.E.P.D.), Raúl Eugenio y Ana Raquel Delvalle.

 

El Museo es una réplica de la casa original de los Delvalle, con muebles de la época, que se enmarcan en el recuerdo de la sala utilizada por Don David y en la recámara de Don Marcel Penso, con su mesa de trabajo en la cual tenía su máquina de escribir y la sumadora, ya que continuaba su trabajo hasta altas horas de la noche.

 

El Museo conserva los aparatos que se usaban en la época inicial del Ingenio: molinillos de café, teléfonos de la época, planchas que se calentaban en fogón, trapiches, baúles para la plata, muebles familiares, retratos de los fundadores, retratos de los Delvalle que han sido funcionarios de Gobierno, los primeros machetes traídos de Colombia, tachos, una de las primeras locomotoras usadas para traer agua del río, etc.

 

La visita a este hermoso Museo nos ha dado muestras de la vigencia histórica, del valor que los objetos cotidianos tienen en la madeja que enlaza vidas, esperanzas y logros. Son cien años de recuerdos, ligados a un esfuerzo generacional.